Por los adjetivos que dan título a esta entrada, supongo que imaginaréis de qué va este post.
Evidentemente no puedo hablar de otra cosa que del “espectáculo” que nos ofreció ayer por la noche el Real Madrid en su enfrentamiento contra el Barcelona.
Comenzaré por lo meramente deportivo, porque los otros comportamientos no merecen ni que empiecen mi crónica.
Cuando anoche regresaba hacia mi casa en el coche escuchando en la radio la alineación de Mou, pensé en principio que en el programa estaban gastando una broma a los aficionados, porque no me podía entrar en la cabeza que dos jugadores que llevan sin jugar dos partidos seguidos desde hace meses, como son Altintop y Carvalho, pudiesen formar parte del equipo titular. Pero, no fue una broma sino que simplemente era una “Mourinhada” completamente surrealísta, anticipo de todo lo que veríamos después.
Comenzó el partido con el Barcelona tocando, y el Madrid esperando atrás para salir a la contra, y curiosamente le salió bien, virtud a una pésima intervención de Pinto a tiro cruzado de Cristiano (el cual por fin se pudo redimir contra el Barcelona).
A partir de ese momento, el Madrid se echó completamente atrás y comenzó a defenderse como el pobre equipo de media tabla que se encuentra con un gol en el Bernabeu, y no sabe muy bien qué hacer con su vida y que se huele que antes o después se hará cierta esa frase del imaginario español que dice “qué poco dura la alegría en la casa del pobre”.
Y al final, pasó lo que tenía que pasar, que tras paradas salvadoras de Casillas, palos, fallos de los jugadores del Barcelona, el Capitán Puyol marcó un gol de esos que sólo marca él, de esos que parece que empuja el balón todo el equipo con toda la rabia del mundo. Fue para mi gusto un gol precioso, pero digámoslo todo, fue un gol en el que Super Pepe decidió que Puyol no era digno de recibir su marcaje, y cuando su neurona reflexionó sobre su mala decisión, Benzema ya estaba sacando desde el centro del campo.
Fue empatar el Barcelona, y el Madrid, como aquellos ex acohólicos que por desgracia vuelven a probar el licor, perdió completamente el norte, y por tanto el segundo gol de Abidal (justicia divina creo que lo llaman), era cuestión de tiempo, y así fue.
Desde el segundo gol comienza el descenso a los infiernos de la escuadra madridísta. Y ya no sólo me referiré a Pepe, sino que me podemos hablar de Carvalho, Alonso, Coentrao o Ramos, los cuales si hubiesen jugado en el Granada y no en el Madrid, habrían acabado en la caseta antes de tiempo sin ningún miramiento, pero bueno, como siempre, los grandes pueden pegar mientras los pequeños han de penar…
Y ya, por fin, sin más dilación llegamos a Pepe. No me extenderé mucho sobre él porque los que me sigáis con cierta frecuencia, habréis leído ya el post que titulé como “Pepito Grillo” y en el cual ya desgranaba a este personaje con todo tipo de detalle. Pero ya lo de ayer rozaba lo patético cuando fingió la agresión en la banda, y llegó al colmo del despropósito después de que Callejón le hiciese tremenda entrada a Messi, y Pepe pasara por allí como quien no quiere la cosa y confundiera la mano del anteriormente citado Messi con una cucaracha que debía ser destruida bajo sus implacables tacos.
En fin, nada nuevo bajo el sol, con este “ser” ya llueve sobre mojado desde hace mucho tiempo, y un servidor ya no va a decir más lo de siempre, esta vez voy a apuntar más alto, y acuso directamente a los dirigentes del Club Madrileño por permitir que en sus filas milite tremendo “psico-killer”, y que encima lo justifiquen como anoche hizo Butragueño diciendo que es que el jugador estaba sometido a mucha tensión, ansiedad, etc…Ahora dirán que el chaval está muy arrepentido y que la culpa es de la sociedad y la televisión que lo han hecho así, y de oca en oca hasta la próxima…
Del Barcelona no hablaré mucho porque fue más de lo mismo, toca y toca, pim pam pum, y antes o después te lleva al huerto…, y cuando te quieres dar cuenta ya te han metido dos. Me gustó el compromiso de Guardiola con Pinto, aunque casi le sale el tiro por la cualta.
En fin, que voy acabando porque creo que me estoy extendiendo demasiado, simplemente diré que el Madrid, con un 0-1 en Barcelona eliminaría a los Culés, resultado peligroso…, pero para mi el pescado ya está vendido desde hace mucho.